La actividad fue programada por el Ampa del colegio Joaquin Sorolla y en ella participaron del orden de 130 personas entre niños y adultos que nos desplazamos hasta Finestrat en dos autobuses y unos 7 coches.
Una vez montadas las casitas con sus ganchos correspondientes procedimos a colocarlas en los arboles de todo el área recreativa, para ello nos dividimos en varios grupos que tardamos como dos horas en finalizar el trabajo.
Luego lo que apetecía eran unas buenas cervecitas frescas para calmar la sed y seguir disfrutando del día.
Como cada vez estamos mas preparados y mejor equipados para pasar el día en plena naturaleza, esta vez elegimos el badminton como distracción extraordinaria, así que nos pusimos manos a la obra, colocamos una cuerda entre dos arboles y nos pusimos a jugar con los niños.
Y después del trabajo realizado y de una sesión de Badminton, el cuerpo nos pedía algo mas , así que preparamos mesas, sillas y demás utensilios para preparar la comida que en esta ocasión estaba compuesta por ensaladas variadas, tortillas de patatas, carnes y toda clase de tapas.Todo ello acompañado de abundante cerveza bien fresquita.
Como siempre un despliegue impresionante.
Después de la comida y un buen café, celebramos con bombones, licor y whisky el 48 cumpleaños del abuelo del grupo.Fue muy agradable ya que gran parte del grupo se acerco hasta nuestra mesa a celebrarlo con nosotros, parece mentira lo que una botella de Burbon puede atraer a la gente en la montaña, se nos lleno el chiringuito en un momento, cosa que me lleno de satisfacción.
Gracias a todos.
Javier y sus fogatas
Ya en el buen camino nos encontramos con un observatorio de aves, la verdad es que bien pocas habían, y a falta de patos los niños se divirtieron haciendo fotos a las arañas y sus telas. 
Continuamos el camino que nos llevo al área recreativa donde había un observatorio elevado,los niños disfrutaron de lo lindo subiendo y bajando, porque lo que es ver aves............ nada de nada
La mitad del grupo siguieron hacia el otro observatorio y el resto nos quedamos esperando en el área recreativa con los mas pequeños que ya estaban algo cansados.
Lo mejor de todo fue cuando después de dos horas de caminata llegamos por fin al primer túnel y los niños pudieron disfrutar de lo lindo. 
A la salida del túnel llegamos hasta un Azud donde nos dimos la vuelta después de hacer unas cuantas fotos, la verdad que el camino de vuelta fue todo una odisea que se vio recompensada por unas cervezas bien frías al llegar a los coches.
