UNA CASA PARA HABITANTES VOLADORES
(Publicado en LA VERDAD el 07/10/2007
Escolares y padres de alumnos del colegio Joaquín Sorolla colocan cajas-nido en un paraje de Sax dentro de una experiencia medioambiental. En el cole les enseñan que hay que cuidar el medio ambiente, y cuando salen de él lo practican. Es la experiencia que han vivido niños del colegio público Joaquín Sorolla, en el barrio de San Blas, que pasaron una mañana dominical proporcionando una casa a las aves de un paraje natural en Sax. Un total de 70 personas, entre mayores y pequeños, madrugaron el pasado domingo, 30 de septiembre, para tomar el autobús que les llevaría hasta la zona natural. Una vez allí, los participantes recibieron una charla medioambiental, centrada fundamentalmente en el trabajo que minutos más tarde iban a efectuar: la colocación de nidos para las aves de la zona. Había tantas casetas como personas. Todos tuvieron la suya y lo niños, a la vez, no desaprovecharon la oportunidad y les pusieron su nombre a la nueva vivienda de las aves. Un día de campo se convertía, a la vez, en una divertida manera de aprender algo más de la naturaleza y el respeto que se le debe de tener. Gracias a la CAM La experiencia fue posible gracias al programa de voluntariado medioambiental de la Caja del Mediterráneo denominada Volcam, que aportaba los 4.000 euros necesarios para poder realizarla. Y gracias a ella los adultos del centro escolar pudieron pagar el autobús, encargaron a un carpintero la construcción de las casitas para los pájaros y, a la vez, encargaron camisetas para recordar la actividad. El apoyo para esta experiencia se dirige fundamentalmente a los adultos, pero en este caso se vinculó la actividad también a los niños, al partir la iniciativa de los padres de alumnos del colegio Joaquín Sorolla. Desde el pasado domingo, al menos 70 aves del paraje de Sax duermen bajo cubierto y pueden cuidar a sus crías en un nido seguro y que les ofrece una mayor calidad de vida. Con este proyecto esperan paliar uno de los problemas de las aves insectívoras, la falta de lugares de nidificación, al tiempo que van conociendo las montañas alicantinas, especialmente los espacios protegidos. Con estas acciones que realizan las madres y padres de los niños del colegio público Joaquín Sorolla, esperan ir creando una mayor concienciación y respeto medioambiental a sus pequeños hijos, al imbuir unos hábitos saludables como son el conocer y respetar el rico patrimonio natural.
Escolares y padres de alumnos del colegio Joaquín Sorolla colocan cajas-nido en un paraje de Sax dentro de una experiencia medioambiental. En el cole les enseñan que hay que cuidar el medio ambiente, y cuando salen de él lo practican. Es la experiencia que han vivido niños del colegio público Joaquín Sorolla, en el barrio de San Blas, que pasaron una mañana dominical proporcionando una casa a las aves de un paraje natural en Sax. Un total de 70 personas, entre mayores y pequeños, madrugaron el pasado domingo, 30 de septiembre, para tomar el autobús que les llevaría hasta la zona natural. Una vez allí, los participantes recibieron una charla medioambiental, centrada fundamentalmente en el trabajo que minutos más tarde iban a efectuar: la colocación de nidos para las aves de la zona. Había tantas casetas como personas. Todos tuvieron la suya y lo niños, a la vez, no desaprovecharon la oportunidad y les pusieron su nombre a la nueva vivienda de las aves. Un día de campo se convertía, a la vez, en una divertida manera de aprender algo más de la naturaleza y el respeto que se le debe de tener. Gracias a la CAM La experiencia fue posible gracias al programa de voluntariado medioambiental de la Caja del Mediterráneo denominada Volcam, que aportaba los 4.000 euros necesarios para poder realizarla. Y gracias a ella los adultos del centro escolar pudieron pagar el autobús, encargaron a un carpintero la construcción de las casitas para los pájaros y, a la vez, encargaron camisetas para recordar la actividad. El apoyo para esta experiencia se dirige fundamentalmente a los adultos, pero en este caso se vinculó la actividad también a los niños, al partir la iniciativa de los padres de alumnos del colegio Joaquín Sorolla. Desde el pasado domingo, al menos 70 aves del paraje de Sax duermen bajo cubierto y pueden cuidar a sus crías en un nido seguro y que les ofrece una mayor calidad de vida. Con este proyecto esperan paliar uno de los problemas de las aves insectívoras, la falta de lugares de nidificación, al tiempo que van conociendo las montañas alicantinas, especialmente los espacios protegidos. Con estas acciones que realizan las madres y padres de los niños del colegio público Joaquín Sorolla, esperan ir creando una mayor concienciación y respeto medioambiental a sus pequeños hijos, al imbuir unos hábitos saludables como son el conocer y respetar el rico patrimonio natural.
Y allí estábamos nosotros, 3 familias participando del proyecto y disfrutando de un día genial al aire libre, en El PLANO de Sax desplegamos todo nuestro campamento (comida, bebida, mobiliario campestre y equipos fotográficos etc..)
Enseguida comenzamos la actividad con una pequeña charla a los niños para que conociesen de que se trataba el proyecto, sacamos las cajas nido y empezamos a montarlas siguiendo las instrucciones de nuestro guia Luis.
Enseguida comenzamos la actividad con una pequeña charla a los niños para que conociesen de que se trataba el proyecto, sacamos las cajas nido y empezamos a montarlas siguiendo las instrucciones de nuestro guia Luis.
Una vez todo preparado los niños pusieron sus nombres y fecha en los nidos y comenzamos a colocarlos en los pinos utilizando unas pertigas.
Mas tarde hicimos la excursión al mirador del Plano que aunque cortita nos sirvió par pasar un rato divertido contemplando el paisaje desde cierta altura y como no, también nos sirvió para abrir el apetito aunque creo que ese lo tenemos siempre dispuesto.
Luego derechitos a comer,que bien sientan las cervezas después de una buena caminata verdad?
Lo pasamos en grande y hasta nos vino bien el chiringuito de al lado para tomarnos el cafetito después de comer aunque es cierto que echamos de menos una pequeña siesta bajo los pinos, pero hay que darle tiempo al tiempo ya que he visto una hamacas de cuerda que de árbol a árbol pueden ser maravillosas................todo se andará.
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